El viajar no es un placer
El transporte público está recargado, a diferencia de otros veranos prepandemia, en que solía tener menos flujo de pasajeros.
Por Luján Gassmann
El Ferrocarril Sarmiento es una de las seis líneas que componen la red ferroviaria argentina y actualmente es administrado por el Estado Nacional. Su cabecera se encuentra en la estación Once de Septiembre, en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, y se dirige hacia el oeste del conurbano.
Para los que viven en el oeste bonaerense el tren es un clásico, todos han tomado el «Sarmiento» en algún momento de sus vidas. De Once a Moreno es la manera más rápida de llegar en transporte público, pero en hora pico puede ser una odisea.
Las nuevas medidas, con la ampliación del aforo, permiten que más pasajeros puedan hacerlo y se complica mantener el distanciamiento social en el transporte público y los trenes se encuentran desbordados en hora pico. Pese al contexto, las aglomeraciones no desaparecen.
Si bien en los últimos años se trabajó para mejorar la circulación en las zonas donde suele haber mayor concentración de tráfico y eliminaron varios de los pasos a nivel con el objetivo de evitar demoras y accidentes, aún es difícil mejorar la capacidad, eficiencia y frecuencia del servicio, así como la accesibilidad y calidad del espacio público.
La vuelta a la presencialidad ya es una realidad en muchos ámbitos y el transporte pone en evidencia la multitud de gente que requiere del servicio para llegar a cumplir con sus obligaciones.
Pero también se suman más personas: los vendedores ambulantes, la gente que pide una colaboración y los artistas que se suben a mostrar sus dones.
El Canillita Digital entrevistó a Martín Marinucci, presidente de Trenes Argentinos para profundizar en el tema.
¿Cómo fue el trabajo en este contexto de pandemia de 2020 a la fecha?
Durante la primera etapa de la pandemia viajaba el 5% de los pasajeros, por lo que el servicio circuló con un diagrama reducido. Cuando las actividades permitidas fueron incrementándose pusimos a disposición el 100% de la flota para permitir el distanciamiento social.
¿Cómo adaptaron las unidades y estaciones a las nuevas medidas?
Colocamos señalética de distanciamiento social en espacios públicos, comercios y andenes de las cinco líneas urbanas y aplicamos estrictos protocolos de cuidado de nuestro personal.
¿Esto incluye la higiene de las unidades?
Se realizó y se continúa realizando la desinfección constante de las zonas de apoyo y contacto de las formaciones, de los espacios de uso público, como los molinetes y las terminales SUBE, y del hall de las estaciones con amonio cuaternario, un sanitizante de efecto residual que imposibilita la proliferación de virus, bacterias y hongos.
¿Siguen tomando medidas de control o actualizando los sistemas en el último tiempo?
Si, instalamos cámaras termográficas en el hall de ingreso de las principales paradas ferroviarias, que luego fueron reemplazadas por dispositivos de control de código QR, temperatura y correcta colocación de tapaboca en los molinetes de acceso. También dispusimos que los vidrios de las ventanillas y ventiletes quedaran constantemente abiertos, para permitir la circulación cruzada del aire en los viajes de corta y larga distancia.
Qué dicen los números
Finalmente, un dato a tener en cuenta es que prepandemia, en febrero 2020, en los trenes viajaron 32.001.622 personas según los registros de pasajes de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), mientras que en el mismo mes de 2021 fueron 12.885.978 un 59,7% menos de gente.
Esto también se puede advertir en el Sarmiento. Mientras en febrero de 2020 viajaron casi 7 millones de personas, en el mismo mes de 2021 ese número descendía a poco más de 2 millones y medio. Finalmente, en los primeros siete días de febrero ya habían viajado casi 780.000 personas. Resta saber cómo será el flujo de pasajeros cuando en marzo las escuelas vuelvan a la normalidad.
