Las horas parecen transcurrir en loop tras el pitazo final del último partido de la Copa del Mundo, en Oriente Medio. Una especie de continuidad donde la semana pierde esa división entre días. Hay una sensación de disfrute y orgullo en el pecho de los argentinos que renovó ánimos. Que unió a la resquebrajada sociedad.

Otra vez esos abrazos hacia los anónimos. Esa llenura en el corazón. La reivindicación de los orígenes. La nuestra, Y la muestra del poder de la unión colectiva y el servicio del colectivo sobre los egos. “Un ejemplo para poder mantenerlo en el futuro y darnos cuenta de que cuando estamos juntos somos mejores», señaló Tagliafico en un rapto de lucidez que desembocó en esa atinada reflexión.  

Argentina supo sobreponerse a situaciones límite, con partidos en donde confundió ceder protagonismo con acurrucarse demasiado. Pero ese contexto terminó por forjar rasgos de su carácter. 

El mediocampista Rodrigo De Paul reflejó su sentir: «Sufrimos mucho, pero qué bien que se siente. Nacimos para sufrir, esto es lo que a nosotros nos curte. Vamos a sufrir toda la vida».

Por su lado, Emiliano Dibu Martínez, añadió: «Lo teníamos controlado y dos tiros de mierda de vuelta y nos empatan el partido. Dijimos que era el destino sufrir. Nos ponemos 3-2, nos cobran otro penal, lo meten, casi nos meten dos goles, gracias a Dios saqué ese pie».

Y agregó: «Podría haber atajado el primero también, me tiré mal, pero después hice todo bien».

Otro de los debutantes en Copas del Mundo, Enzo Fernandez, afirmó: «No tiene precio ganar un Mundial con mi país, no voy a olvidar nunca más en mi vida este momento, porque además estoy con toda mi familia».

Pero, sin dudas que todos los flashes rodearon al protagonista de la película. Una frase tan común en el imaginario de la gente fue eso de sentir tanta alegría por el triunfo, como por la conquista por la que tanto luchó el capitán. El mejor de éstos tiempos.

“Me encanta el fútbol, lo que hago y disfruto de estar en la selección, en este grupo. Quiero seguir viviendo unos partidos más siendo campeón del mundo”, comentó, tras la electrizante final. Y de paso desterró la posibilidad de aprovechar la ocasión para dejar de vestir la camiseta del seleccionado argentino, un rumor que iba tomando cuerpo.

El escritor Sid Lowe tatuó una frase en el periódico, afirmando que Messi “completó el fútbol”.

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