Con la excusa de La divisa punzó, cuya autoría fue compartida con Claudia Farias Gómez, Maria Kodama esboza más que una defensa, un cambio de mirada sobre la figura de Juan Manuel de Rosas.

En ésta entrega publicada por Sudamericana, Kodama y Farias Gómez enfocan el entramado del personaje en cuestión y la mirada de Borges, con quien estuvo casada.

«La profundización en el tema, me llevó a convalidar lo que yo intuía. Cuando hablábamos de los caudillos federales y de Rosas, Borges empezaba el debate y yo en broma, aludiendo a que él le dedicó a Facundo un espléndido poema, le decía: ´Borges, El General Quiroga va en coche al muere´, a lo que él respondía, ´Bueno. Cambiemos el tema», sostiene Kodama.

A propósito del germen que dio lugar al libro, la traductora y también profesora de literatura argentina, señaló: «El hermano de Claudia, que es médico y muy lector, ordenando su biblioteca le preguntó si quería algunos libros entre los que estaba la Historia de la Confederación Argentina de Adolfo Saldías. Ella comenzó a leérmelo, señalando algunos aspectos que llamaron su atención, ya que las dos fuimos educadas en la tradición anti-rosista. Esa lectura nos inspiró a seguir profundizando cada vez más hasta que de tanto investigar y tomar notas, decidimos escribir este libro».

En tanto que Claudia Farias Gómez, especialista en Letras Clásicas y Filosofía del Derecho, destacó: «Con frecuencia estudiamos temas que nos interesan y debatimos sobre ellos. También estudiamos japonés con un profesor de Tokio, por lo que suelen surgir diversos temas de análisis o discusión. Lo de Rosas se extendió un poco más por la gran bibliografía que existe al respecto, tan contradictoria y parcial en algunos casos que realmente cuesta avanzar en el tema».

Para Kodama, la de Rosas «es una figura polémica, mal interpretada, fruto de una tradición histórica que se ensañó contra él, haciendo que las opiniones se dividieran de manera tal que aún hoy despierta pasiones divergentes. Yo veo que aún hoy, en algunos colegios se enseña a los nietos de amigos míos su figura como la del monstruo o tirano».

Acerca del detrás de escena, Kodama afirma que «fue muy divertido y enriquecedor. Las dos somos personas bastante individualistas y acostumbradas a trabajar en soledad. Pero este libro nació a la manera de una larga conversación en la que fuimos tomando notas de ciertas cuestiones. Y casi sin pensarlo concebimos la idea de escribir un libro sobre todo lo analizado y discutido».

Para Farias Gómez, se trató de «una experiencia extraña, ya que el acto de escribir es muy privado, muy meditativo. Por eso, siempre pensé que escribir a cuatro manos sería una tarea sumamente compleja, porque, como dice María estoy acostumbrada a trabajar sola. Sin embargo, al haber surgido todo espontáneamente, resultó fácil y grato».

Kodama revela que «casi no hubo división del trabajo, porque tenemos la costumbre de leer textos de diversa naturaleza en voz alta, comentar y tomar notas. Durante la pandemia, continuamos con esa costumbre, sólo que telefónicamente. Luego escogimos aquello que más llamaba nuestra atención para formar los capítulos. Las pequeñas diferencias de criterio ya habían sido limadas en nuestras largas conversaciones».

Entregada a la reflexión, Kodama cuenta que «cuando analizamos la Historia en profundidad, observamos que la máxima de Cicerón que señala a esta disciplina como «magistra vitae», esto es, como maestra de la vida, adquiere especial relevancia y nos interpela a la hora de enriquecer nuestra experiencia del presente». 

Además agrega que «todo el pasado de dicotomías, odios e intolerancia, pervive y permaneció en nuestra vida colectiva a lo largo de las generaciones de diversos modos y con máscaras renovadas. Esto nos permite entrever que no hay nada «nuevo» en los hechos históricos y también a estar más alertas en cuanto al relato de esos hechos».

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