La historia de Isha: La primera mujer trans que recibe su DNI rectificado en la Casa Rosada

Con la presencia del presidente Alberto Fernández, del ministro del Interior, Wado de Pedro, y de la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, se entregó el documento 9000 modificado de acuerdo a la Ley de Identidad de Género. Detrás de esa cifra, subyace una protagonista con un bagaje enorme, tanto de carreras y logros profesionales como de soledad y búsqueda de aceptación. De sus luchas y la falta de una educación inclusiva, hasta su cena con la viuda de George Harrison y su día de reivindicación,

Hoy puede ser un gran día, reza la famosa canción. Pero no hay margen para las dudas: hoy es un gran día. Para ella y para muchas personas que pueden encontrar en su historia un espejo en el que reflejarse. Es un momento de “reivindicación”, como lo define la propia protagonista, y de felicidad por poder “ser”, libre y legalmente. Se trata de Isha Escribano, quien cerca del mediodía recibió el DNI rectificado número 9.000, de acuerdo a su identidad autopercibida (lo estableció la Ley de Identidad de Género, sancionada en 2012).

El acto se llevó a cabo en el salón Pueblos Originarios de la Casa Rosada, con la presencia del presidente Alberto Fernández, del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y de la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. Sin embargo, más allá de la estadística y de las formalidades del evento, emerge una vida repleta de facetas, experiencias y luchas.

Médica, psicoterapeuta, cantante, periodista, escritora, instructora de yoga y ambientalista, en enero de 2019 decidió “aceptarse y amarse” como es y comenzar su proceso de transición, afrontando la mirada de ese entorno de tantas ocupaciones con mucha exposición. En diálogo con Infobae, Isha cuenta sus batallas contra la vergüenza y la culpa, la gente que no la entiende, la que la apoya, la falta de una educación más inclusiva, sus logros profesionales y cómo terminó cenando con la viuda de George Harrison.

La reivindicación y las imposiciones sociales

“Siento que la vida me está validando y reivindicando de la manera más grandilocuente, pero no desde lo egoico, sino desde el amor. Y lo digo por fuera de partidos y banderas políticas. Que esté el Presidente, dos Ministros y un montón de gente de prensa es realmente una validación como ciudadana, como ser humano que puede existir siendo quien es en forma legal, con sus documentos”, arranca Isha, en relación al acto.

“Esto trasciende mi felicidad, mi historia y mi persona. Atrás viene otra gente a la que le estamos dejando un lugar en el que, pido al cielo, nadie tenga que atravesar lo que atravesé yo. Me pone feliz porque mi país está reivindicando una condición que es natural, no es una enfermedad, y le está dando un lugar en la sociedad. Es decir ‘vos tenés tanto derecho a existir como cualquiera’. Eso es inmenso”, continúa.

Su alegría es directamente proporcional a una historia cargada de lucha. Pero Isha siempre mira hacia adelante y por eso reflexiona sobre todo lo que aún falta concientizar: “Hay que seguir peleando por la inclusión y la diversidad en todo sentido, en darles más lugar a las mujeres transgénero, hombres transgénero y a la gente que se considera no binaria en lo laboral, desde las leyes y de la política. Se necesita mucha educación. Hay gente que no tiene ni idea de qué se trata todo esto y cree que es un capricho, que ‘ahora se le ocurrió ser’ o ‘ahora se le ocurrió vestirse de’”.

“Hay muchas verdades por coerción. A todos se nos dijo que si tenés pene sos un varón y tu género es masculino. No es así: el sexo es biológico y el género tiene que ver con cómo la persona se percibe. Hay que entender que tenemos derecho a existir siendo como somos. Todos somos un alma. No somos seres humanos viviendo una experiencia espiritual, sino que somos seres espirituales viviendo una experiencia humana. Y mi alma se quiere expresar de esta manera», considera sobre las imposiciones sociales.

Y profundiza: “Hay que entender que estamos en una sociedad hétero-patriarcal. Lo peor que le puede pasar a un padre todavía es tener un hijo puto. Imaginate un hijo o una hija trans. Pero esa persona es normal y lo que vale acá no es la identidad de género o sexual, sino lo que contribuye esa persona con la sociedad. A mí me sorprende que la gente se sorprenda porque soy transgénero y que mi mera existencia genere una provocación”.

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