Para Daniel Marx “el principal problema que tiene la Argentina hoy es la confianza”.

Daniel Marx, titular de Quantum Finanzas es palabra autorizada para tener atención sobre una coyuntura que amenaza al gobierno acerca del ingreso al país de divisas extranjeras por la baja cosecha, al tiempo que las olas de inflación continúan oprimiendo los flacos salarios.

El ex director del Banco Central durante 1987 y 1988 explicó que Argentina “es un país de endeudamiento medio, aunque está más expuesto a los tipos de cambio que otros por la naturaleza de su deuda. Sin embargo, hoy, es manejable el nivel de endeudamiento en relación al porcentaje sobre el PBI que representa. Pero creo que el principal problema que tiene la Argentina hoy es la confianza”.

Además, Marx añadió que “esto tiene toda una historia detrás, marcada por dos aspectos vinculados y centrales: por un lado, los incumplimientos reiterados, que generan desconfianza, y, por otro, el hecho de que somos un país con un ciclo económico muy marcado de subas y bajas y que carece de una impronta fuerte de mejoras en la actividad o en los resultados fiscales. El desafío romper con estos patrones complejos”.

El ex secretario de Finanzas del Ministerio de Economía durante 1989 a 1993 afirmó que “es clave demostrar el compromiso de pago y las intenciones de cumplimiento. Es central que se vaya probando que realmente se van concretando los compromisos y que no se repetirán los aspectos negativos del pasado. Y la variable política, “lo político”, es un elemento muy importante en este sentido, desde ya, porque son clave las decisiones que se tomen en ese plano”.

El ex Jefe Negociador de la deuda externa argentina expresó: “Creo que, hacia adelante, vamos a ver, seguramente, un FMI más laxo en la primera mitad del año y un poco más exigente después. Además, no hay que olvidar que, en el medio, tenemos un cambio de Gobierno, que puede ser de otro signo político, lo que va incidir en todo ese proceso y negociación”.

Finalmente, para Marx “lo que el Gobierno debe lograr en primer lugar, es controlar la inflación y hacer un esfuerzo importante para mantener ese logro a lo largo del tiempo. Y es que, por más esfuerzos que se hagan en este momento en lograr acuerdos de precios, una golondrina no hace verano”.

“La Argentina tiene un tema de precios relativos a resolver, que añaden presiones inflacionarias. Por otro lado, tenemos cuestiones más restrictivas, como los temas fiscales. Este es, sin dudas, un año en el que interactúan estas variables más que nunca por el condimento electoral, porque los años de campaña suelen ser años de alto gasto”, concluyó.

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