¿Beber sangre de bebé ayuda a contrarrestar el envejecimiento?

Un experimento con roedores demuestra que la sangre del cordón umbilical puede revitalizar la función cerebral.

Cuando envejecemos se producen cambios en la función neuronal y cognitiva, que afectan a las señales entre el cerebro y otras áreas del organismo, así como la comprensión, el aprendizaje y los recuerdos. La disminución de estas habilidades está relacionada con muchos trastornos neurológicos. Científicos estadounidenses parecen haber encontrado la solución.

La sangre del cordón umbilical podría ser la clave para restaurar el aprendizaje y la capacidad de memoria que disminuye con la edad, según concluye un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en California (EE. UU.). Así, en un experimento con ratones mayores, las inyecciones de sangre del cordón umbilical humano revitalizaron su función cerebral, por lo que es probable que esto también ocurra en los seres humanos.

El estudio demuestra que el plasma humano también puede mejorar la memoria y el aprendizaje de los ratones más viejos. Específicamente, el equipo identificó una proteína en el plasma del cordón umbilical (TIMP2), que es abundante en la sangre del cordón umbilical humano pero disminuye con la edad, que era capaz de imitar el efecto rejuvenecedor en la función cerebral de los ratones más mayores sin la necesidad de inyectar el resto del plasma. Esta única proteína podría resultar útil desde una perspectiva de desarrollo de fármacos.

El hipocampo es particularmente vulnerable al proceso normal de envejecimiento, aunque los mecanismos exactos detrás de su vulnerabilidad son en gran parte desconocidos.

«Con el avance de la edad, el hipocampo degenera, pierde las células nerviosas, y se encoge», explica Tony Wyss-Coray. De ahí que la capacidad para recordar y aprender se vean tan afectadas.

El deterioro del hipocampo también está relacionado con una aparición temprana de la enfermedad de Alzheimer.

Los investigadores probaron el efecto de la sangre humana mayor (61-82 años) y joven (19-24 años), así como la sangre humana más ‘fresca’ que existe: la sangre del cordón umbilical, en la función del hipocampo de los ratones. Los ratones mayores recibieron inyecciones de plasma de adultos mayores, de adultos jóvenes y de cordón umbilical humano cada cuatro días durante 2 semanas.

El resultado fue que el plasma del cordón umbilical humano mejoró significativamente la función del hipocampo de los roedores. De hecho, el rendimiento de los ratones del grupo del cordón umbilical fue estelar en comparación con el de ratones de la misma edad que recibieron una inyección simulada de solución salina. El plasma de adultos mayores no tuvo efecto sobre las medidas de la función del hipocampo, y el plasma de los adultos jóvenes mejoró ligeramente la función del hipocampo.

La proteína inhibidor tisular de metaloproteinasas tipo 2 (TIMP2) fue la responsable de potenciar la actividad de las células nerviosas en el cerebro en un experimento de laboratorio.

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