Crean nanopartículas que luchan contra el cáncer

Primero las debilitan y después las atacan donde ”más le duele”, en su ADN: esta es la estrategia en dos pasos que han diseñado investigadores del MIT para combatir con nanopartículas las células cancerígenas.

Hasta ahora, este tipo de técnicas experimentales solo liberaban un medicamento o, a lo sumo, varios al mismo tiempo, como ocurre también en los tratamientos de quimioterapia convencionales. La novedad estriba en administrar en tiempos diferentes los compuestos anticancerígenos y multiplicar así su eficacia.

En concreto, los científicos han probado en ratones dos medicaciones: el erlotinib, que actúa contra una proteína involucrada en la capacidad del tumor para crecer descontroladamente, y la doxorubicina, que deteriora el ADN de las células invasoras.

La acción complementaria de estas dos sustancias, liberadas consecutivamente por unas nanopartículas llamadas liposomas, encogió sensiblemente los cánceres de pulmón y mama en los animales de laboratorio. Entre que el erlotinib alcanzó su pico de efectividad e hizo efecto la doxorubicina pasaron de 4 a 24 horas.

Además, este sistema permite liberar los compuestos anticancerígenos directamente sobre el tejido tumoral, a diferencia de la quimioterapia tradicional, que causa daños colaterales en las células sanas.

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