Se entregaron los premios a las peores películas del año

Los Golden Raspberry Awards -comúnmente llamados Razzie Awards-, de plástico pintado con aerosol dorado y con un costo de sólo 4,97 dólares, ya compiten con la fama de los Oscars.

Por Gabriela Composto

Pasaron los Oscars y dejaron su huella. Después de una noche para el olvido, donde la transmisión fue pésima, hubo premios que no se vieron (¿son de segunda categoría?) y Will Smith irrumpía en el escenario de forma violenta contra Chris Rock, en la cuenta de Twitter de la Academia se puede leer un comunicado breve y vacío: «La Academia no aprueba la violencia de ninguna forma. Esta noche estamos encantados de celebrar a los ganadores de la 94ª edición de los Premios de la Academia, que merecen este momento de reconocimiento por parte de sus compañeros y amantes del cine de todo el mundo«. Y ahí quedó todo. Listo, le damos su premio, aplauso, medalla y beso.

Pero las redes estallaron pidiendo aclaraciones sobre un accionar que se vio en directo en todo el mundo, sabiendo que por mucho menos de eso, cualquier ciudadano norteamericano hubiera sido retirado del lugar escoltado por la policía. 

¿Pero qué pasa cuándo los premios que se otorgan son a lo peor que se filmó, a lo peor que se proyectó en el año, a todo lo peor de cada categoría y es un chiste atrás de otro criticando la labor cinematográfica de quien sea? ¿Es una guerra campal de todos golpeando a todos?

Claro que no, porque a pesar de que Will Smith fue ganador de cuatro Razzies anteriormente, esta vez se llevó también el suyo, pero por suerte para los organizadores (y sus caras) fue el «Premio a la Redención…por una buena actuación después de muchas malas«, según dicen los organizadores en su página oficial.

Bienvenidos a los Razzies

Cuando en 1980 el publicista de cine John J. B. Wilson invitó a algunos conocidos a ver los Oscars en su casa, y decidió que al terminar haría un show de premiación a lo peor del año como contrapartida, nunca se imaginó que iba a resultar siendo el gran evento previo a la fiesta de entrega de los galardones a los mejor del cine del año.

Todavía hoy recuerda cómo en esa primera «premiación» estaba nominado Stanley Kubrick como Peor Director por «El Resplandor» (que perdió contra Robert Greenwald, director de «Xanadu») simplemente porque parte de los votantes habían leído el libro de Stephen King y no estaban de acuerdo con la versión fílmica de Kubrick. 

Después de ir al cine y ver dos películas que consideró pésimas, volvió a su casa pensando que si hubiera un premio a las peores películas, esas deberían ser nominadas. Había dejado un dólar en entradas para ver «Xanadú», con Olivia Newton John, y «Can’t Stop The Music», con The Village People, y estaba arrepentido de haber pagado por algo tan malo.

Así surgió la idea, como forma de diversión entre amigos, y fue sumando adeptos, hasta que la bola creció de tal forma que llegó a los medios de comunicación. Todo el mundo quería participar en la votación, tanto para candidatear como para premiar.

Desde ese momento y hasta hoy, la votación sigue año tras año, y como explicó Wilson en una entrevista con la radio pública colombiana «nosotros cada año hacemos la tarea de contactar a los ganadores y les decimos ‘vean, esta es una oportunidad de mostrarle al público que tienen sentido del humor’; no todos se lo toman tan bien«.

Un escenario que nadie quiere pisar

En todos estos años han invitado a muchos artistas a la ceremonia, pero a diferencia de los Oscars, tan cotizados, muy pocos han sido los que se subieron al escenario a recibirlo.

Halle Berry (por «Gatúbela») y Sandra Bullock (por «Alocada obsesión» con Bradley Cooper) son recordadas por demostrar su sentido del humor y retirar personalmente la frambuesa plástica pegada sobre un carrete de cine pintada (de forma prolija, hay que reconocerlo) con aerosol dorado. Inclusive, en el caso de Bullock, llegó arrastrando un carrito repleto de dvds de su película para repartir, y un día después ganaba el Oscar a mejor actriz, claro que por otro film. 

Cuando en una entrevista para Vanity Fair le preguntaron a Berry por qué había ido en persona, respondió que «no me gusta tomarme muy en serio a mí misma, así que si fui cuando me dieron un Oscar, también debo ir cuando me dan un Razzie» y lo hizo alzando su Oscar bien alto en una mano y el Razzie en la otra. «Fui allí, me reí de mi misma, me lo pasé genial…y después eché el premio al fuego«, finalizaba entre risas. 

Lo importante es respetar la consigna de no nominar a las películas independientes sino a lo más comercial, para que la diversión tenga ese plus de hacer bajar del pedestal a las stars de Hollywood.

Ese es el efecto con el que juega Wilson «cuando alguien se presenta y se divierte con esto es algo adorable, al público le encanta cuando alguien dice ‘ok, yo la embarré ahí’, como que aceptan sus propias fallas».

Los ganadores de la 42ª entrega 

Estos resultados también hablan de la industria, con una votación de la que participaron los socios (ya que hay que pagar membrecía para hacerlo) tanto de 49 estados de Estados Unidos (una de las Carolinas no participa) como de otros países de todos los continentes y con r´ecord de candidateados a lo peor de la industria cinematográfica.

En esta oportunidad arrasó «Diana el musical», que ganó en cinco categorías: Peor película (inclusive quienes se atrevieron a verla, dicen que es peor que «Catas»); Peor Actriz (Jeanna deWaal), Peor Actriz de Reparto (Judy Kaye), Peor Director (Christopher Ashley) y Peor Guin (con diálogos ridículos y rimas tan vergonzosas como «Camilla» con «Godzilla»).

«Space Jam: A New Legacy» en un digno segundo lugar para la estrella del básquet LeBron James, copando las categorías de Peor Actor, Peor Pareja en la pantalla (junto a cualquiera de los dibujos animados de Warner) y Peor Remake/Rip-Off o Secuela, para la película en sí.

Jared Leto, ganador del Oscar por «Dallas Buyers Club» en 2014, en esta ocasión obtuvo un Razzie como Peor Actor de Reparto, por su forzado acento italiano en «La casa Gucci» y Bruce Willis por «Cosmic Sin«, premio otorgado en una categoría especial hecha a su medida, que incluye ocho películas clase B que lo tienen como protagonista o en su reparto y que se denomina «Peor actuación de Bruce Willis en una película de 2021«.